Si alguna vez has pensado o dicho “voy a matar a mi cliente”, continúa leyendo. Aunque explotemos de estrés, la mayoría de las veces no comprendemos a nuestro cliente o no nos tomamos el tiempo de ponernos en sus zapatos. 

Es importante saber que existen distintas personalidades, distintas profesiones y que sin duda, existen distintos tipos de cliente. Sin afán de encasillar, sino de clasificar para entenderlos de mejor manera y compartir consejos para tratar a cada tipo de cliente, escribo esto para ustedes.

1. El cliente que no cede

Un buen ejemplo de esto es el cliente que llega pidiendo un logotipo para la empresa que va crear y ya tiene la idea casi en boceto de lo que quiere. Resulta que su hijo dibujó unas manos con un corazón del que salen plantas y eso quiere para su nueva empresa. Te recomiendo escucharlo y nunca decirle de entrada que no, es importante conocer por qué es importante cada elemento para él. Con este tipo de cliente hay que trabajar paso a paso, de la mano, ya que seguramente es alguien que querrá sentirse involucrado en todo el proceso.

2. El cliente que no sabe qué es lo que quiere

Creo que es lo más común de encontrar, pues al estar alejados de profesiones creativas, ellos muchas veces no entienden ni siquiera el lenguaje del que le hablas con palabras como “imagotipo”, “proceso de bocetaje”, “retícula”, entre otras. A esto, les recomiendo tratar de educar al cliente y así sentirá que le estás dando un beneficio extra que sólo un servicio de diseño, sino que está aprendiendo. Poco a poco y con la metodología que utilices seguramente irán descubriendo las necesidades propias del proyecto.

3. El cliente informado

Es un cliente que te llegará diciendo que conoce a la perfección la diferencia entre logotipo e isotipo y hasta tiene ya la tipografía sans serif que está buscando en su proyecto. Con este tipo de clientes recomiendo un extra de creatividad y hacer mucha más brainstorming porque al tener claro lo que quiere, a la mejor no se está buscando la opción más adecuada sino la más obvia. 

4. El cliente creativo

Este es el que te hace mil cambios, pues ya viendo la propuesta se le ocurren infinidad de nuevas ideas. Aquí no recomiendo más que paciencia, pues considero que el cliente debe sentirse 100% cómodo con el entregable que le des, al final es para él. 

Finalmente, creo que existen distintos tipos de clientes como personas en el mundo y cada experiencia con el proceso creativo te darán mejores herramientas para atender a cada uno. Disfruta tu trabajo, ya que nos da la posibilidad de trabajar en sociedad y ser parte de la solución de un proyecto.

Si tú que estás leyendo esto, ya eres mi cliente o eres un cliente potencial quiero decirte que trabajar conmigo será un proceso de co-creación. Mi objetivo es aprender juntos y que te pueda facilitar cuantas herramientas me sean posible para que entiendas el mundo del diseño y del marketing. Lo más importante será que te enamores del resultado que diseñemos para que seas un apasionado de tu negocio. Si estás interesado contáctame aquí.

Por último, quisiera terminar con una recomendación para diseñadores. Juan Carlos Fernández Espinosa (Director creativo de Ideograma) hace mucho hincapié en la importancia de crear junto con tu cliente y lo menciona en su curso de Doméstica que recomiendo ampliamente: Creatividad para grandes marcas

Photo by Amy Hirschi on Unsplash 

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